Página 88 - Economía Cafetera No. 31

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3.1. Teoría de la política de reservas de
emergencia
En esta sección, nos centramos en las cues-
tiones generales relacionadas con el diseño
de la política de almacenamiento para la es-
tabilización de los precios. No consideramos,
por ejemplo, cuestiones tales como la forma
de tener en cuenta la evolución de los pre-
cios, o cómo el almacenamiento interanual
interactúa con la estabilización intra-anual
de almacenamiento. Estas no son cuestiones
sencillas, pero como veremos en la sección 4,
las dificultades prácticas relacionadas con las
políticas de almacenamiento vienen más de
su economía política que de cualquier falta
de comprensión teórica, aunque una concep-
ción teórica de políticas las políticas de alma-
cenamiento que no son las mejores presenta
importantes desafíos pendientes.
La importancia del almacenamiento inter-
anual en los debates políticos y en las políticas
aplicadas se deriva de su capacidad percibi-
da para suavizar los choques cuantitativos.
Su importancia también resulta a partir de la
observación que la situación de bajas reser-
vas ha sido una condición necesaria para las
alzas de precios desde 1960 (Gilbert 2011).
Las reservas se acumulan cuando la oferta es
mayor que la necesidad, y son liberadas en
épocas de escasez. Esto ofrece cierta estabili-
zación de los precios, pero sólo en la medida
en que las reservas estén disponibles cuando
los precios suben. En los mercados compe-
titivos, el almacenamiento puede ser renta-
ble, ya que aprovecha la diferencia entre el
alza y la baja de los precios. Reconociendo la
existencia del ánimo de lucro de los almace-
nistas es crucial, porque cualquier política de
precios de los alimentos afectará sus incenti-
vos. La primera consecuencia de su existencia
es que proporcionan cierta estabilidad en el
mercado, incluso sin la intervención pública
(Wright y Williams, 1982a). Sin embargo, so-
bre la base de la discusión en la sección 7.2,
es probable que los almacenistas privados no
tengan en cuenta algunos de los gastos que
corresponden a la población en tiempos de
precios muy altos o muy bajos de los alimen-
tos. Por lo tanto, una mayor estabilidad de
precios, proporcionada por más almacena-
miento, podría mejorar el bienestar.
Aumentar los niveles de inventarios más allá
de los niveles de competitividad es la base de
cualquier política de almacenamiento enca-
minada a la consecución de una mayor esta-
bilidad de los precios. Hay muchas maneras
de conseguirlo, pero cabe señalar en primer
lugar que el aumento de los niveles de reser-
vas es costoso. Si los almacenistas privados
ya están haciendo uso del arbitraje en la dife-
rencia entre los precios actuales y esperados,
cualquier política que aumente el almacena-
miento más allá de los niveles competitivos
no cubrirá sus costos a través de operaciones
de mercado, y puede incluso reducir su ren-
tabilidad y, por lo tanto, las cantidades de al-
macenamiento privado. Mientras los merca-
dos privados funcionan correctamente, lo que
puede ser asumir demasiado en los países
pobres, cualquier política pública encamina-
da a aumentar el almacenamiento más allá
de niveles competitivos será fiscalmente cos-
tosa. Esto no reduce el potencial de la política
de almacenamiento de incrementar el bien-
estar, pero no debe asumirse desde el inicio