Página 6 - Econoìmica Cafetera No. 29

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Después de 50 años de violencia, el país y
la sociedad colombiana en su conjunto se
encuentran ante una ventana de oportunidad
real, quizás única e irrepetible, de poner fin
al conflicto y alcanzar la paz. Lo fundamental
será lograr consensos frente a la consolida-
ción de los elementos democráticos, políti-
cos e institucionales que permitan cerrar la
brecha urbano-rural, escenario histórico del
conflicto, para desarrollar políticas y progra-
mas que transformen las condiciones de vida
de la población, garanticen los derechos de
los ciudadanos en todo el territorio y arran-
quen de raíz y para siempre las causas de la
guerra, sembrando en su lugar las semillas
resistentes de una reconciliación estable y du-
radera.
Ahora bien, si como ha reiterado el Gobier-
no Nacional un principio fundamental de los
diálogos es aquel que establece que la de-
mocracia es el mejor camino para la consoli-
dación de la paz, entonces la profundización
de la misma, la participación de las comuni-
dades y la aceptación del debate construc-
tivo en medio de la diferencia será un reto
cardinal de la sociedad colombiana en todos
EDITORIAL
La política pública de desarrollo rural como
base para la construcción de la paz
sus estamentos. Para ello, resulta necesario
poner en marcha un modelo de desarrollo in-
cluyente que fortalezca las instituciones desde
el territorio. Es al logro de este propósito que
todos los sectores y organizaciones de la so-
ciedad civil y el ámbito productivo estamos
llamados a contribuir.
Los cafeteros y sus instituciones no hemos
sido inferiores al reto y desde el inicio de los
diálogos de paz de La Habana, propusimos
como insumo para las conversaciones del
primer punto relativo al desarrollo rural con
enfoque territorial, el documento
Caficultura:
modelo de paz
. En él se describe de forma
completa y detallada el modelo de desarrollo
promulgado por la caficultura y consolidado
por décadas en las regiones cafeteras como
bastión de la economía colombiana, ejemplo
de paz, desarrollo y convivencia pacífica en
las regiones, circunstancias que han llevado
a ser reconocido internacionalmente como
paradigma institucional dentro de las organi-
zaciones de productores rurales en el mundo.
Pero las grandes gestas no se logran en un
día, la institucionalidad cafetera es una cons-
Luis Genaro Muñoz Ortega
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Gerente General, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.