Página 42 - Economía Cafetera No. 30

Versión de HTML Básico

41
llegó al 97,3% de los hogares urbanos colom-
bianos y generó una arraigada tradición de
consumo de café con un promedio de 12,7
tazas diarias por hogar (CNC, 1987); si bien
cabe recordar que parte de los volúmenes se
explicaban con el contrabando a la exporta-
ción (Clavijo, Jaramillo, & Leibovich, 1994).
Una segunda etapa se inicia con una caída
vertiginosa del consumo a partir de 1987
cuando se inicia el desmonte del pacto inter-
nacional de cuotas y hasta 1989, año en el
cual el consumo anual cae a 1,5 millones de
sacos, para luego mantenerse con algunas va-
riaciones entre los años 89 y 99 en los cuales
oscila entre 1,3 y 1,6 millones de sacos año.
La primera parte corresponde al desmonte
del subsidio al consumidor, lo cual hace su-
bir el precio interno del café aceleradamente,
contrario al precio internacional que decrecía
como efecto de la ruptura del pacto de cuotas
en 1986. En los 10 años siguientes, políticas
de fomento al consumo, altos inventarios y el
programa de promoción Círculo de la Taza
de Oro, amortiguan el impacto que sobre el
consumo interno hubieran podido tener el
balance cafetero mundial que se estrechaba
producto de fenómenos naturales en Brasil,
así como el de la creciente oferta de sustitutos
introducida por la apertura económica. En su
punto más bajo, en 1995 el consumo cae a
1,4 millones de sacos de café verde.
El tercer periodo dibuja una curva decreciente
del consumo entre el final de 1999 y el año
2010. Este periodo se caracteriza por un bajo
nivel de inventarios y el cambio en la forma de
determinación del precio interno de referencia
para la compra de café pergamino seco por
carga de 125 kg.
5
(en adelante precio de re-
ferencia), que transmite el precio internacional
diario, el diferencial por calidad y la tasa de
cambio a las cotizaciones domésticas. Estos
factores llevan a que por primera vez después
de la ruptura del pacto internacional de cuo-
tas el precio de referencia obedezca a las con-
diciones del balance mundial cafetero. Es así
como el incremento de precios que trajo la re-
ducción de la oferta mundial a raíz de la crisis
de precio de comienzos de siglo y la creciente
presencia de bebidas sustituto, sumados a la
ausencia de una iniciativa continuada de pro-
moción del consumo, contrajeron la demanda
de café aceleradamente. El punto más bajo
del período es 2007-2009 cuando el consu-
mo se ubica en un 1,2 millones de sacos y
el consumo per cápita de café en Colombia
desciende a 1,6 kg, ubicándose por debajo
del consumo per cápita de café de los países
de Latinoamérica (1,8 kg.). La incidencia en
hogares desciende a 89% y el número de ta-
zas diarias por hogar a 9,4 (CNC, 2007).
Esta contracción del consumo per cápita inter-
no es vista tanto por la Federación Nacional
de Cafeteros como por la industria torrefac-
tora nacional como un reto para reactivar el
consumo local. De esta forma, en una estra-
tegia conjunta entre los productores y la in-
dustria, en 2009 se conforma el Programa de
5
El precio interno de referencia es el precio para la compra de café pergamino seco por carga de 125 kg., publicado diariamente
por la FNC cuya fórmula ha variado en el tiempo. Desde el 2001 este precio se refiere a una mezcla de 75% de excelso, 5% de
subproductos y un 20% de merma y se conforma por el precio del Contrato C, el diferencial por calidad, la tasa de cambios y costos
de transacción.