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¿Y qué es Institucionalidad Cafetera?


En realidad la palabra Institucionalidad no es fácilmente entendible. Sin embargo sus ventajas y sus relaciones con otras actividades nos facilitan su comprensión.

Institucionalidad es una expresión que según el diccionario de la Real Academia Española viene de institución. A su vez este  vocablo  tiene varios significados. Por ejemplo, dice que institución es un “organismo que desempeña una función de interés público especialmente benéfico o docente”. También que es “cada una de las organizaciones fundamentales de un estado, nación o sociedad”. Así mismo Institución significa “Tener en una ciudad, empresa o cualquier otra agrupación humana, el prestigio debido a la antigüedad”.

Pues permítanme decirles que me sentí muy complacido de encontrar en estas definiciones del diccionario de la RAE lo que representa realmente la Federación Nacional de Cafeteros y todas las empresas cafeteras como ejemplo del concepto de Institucionalidad. Lo digo porque La Federación es fundamental para el desarrollo de la actividad cafetera y  ejecuta  bienes públicos como la garantía de compra, la investigación,  la extensión, la promoción,  la publicidad del café y el ordenamiento de la producción.  Y por supuesto, la Federación con sus más de 87 años de servicio se ha ganado un prestigio por su transparencia, eficiencia y resultados.

La Organización  de las Naciones Unidas, a través del PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, presentó un libro llamado “Razones para la Esperanza”. Allí se dice que “Colombia es más Rural de lo que pensamos” y que  un verdadero desarrollo rural se debe caracterizar porque promueve el desarrollo humano, porque es equitativo, incluyente, porque promueve la sostenibilidad, porque no invisibiliza las diferencias de género, es democrático y afianza la Institucionalidad.

Lo  que recomienda el mencionado libro, a mi modo de ver, es un fiel espejo de lo que la Federación, Cenicafé y los Comités de Cafeteros se han trazado como misión desde hace varias décadas.

Se puede decir que uno de los pasos fundamentales para lograr el desarrollo humano rural de más de 550 mil familias de pequeños productores,  necesariamente comprende la necesidad de fortalecer, lejos de debilitar, la Institucionalidad  Cafetera.

Son los bienes públicos orientados hacia el desarrollo productivo y hacia el mejoramiento de las condiciones de vida lo que hace a los cafeteros el gremio más fuerte del sector agropecuario con mayor capacidad de acción, de ejecución de programas, de liderazgo. La Institucionalidad es sin duda, una manera efectiva de lograr el bienestar de las familias cafeteras.

La Federación  de Cafeteros seguramente ha cometido errores, pero sus aciertos son sin duda de una mayor dimensión. Y los invito a que analicemos cada uno de los puntos anteriores para finalmente deducir, que en la actividad cafetera sí se ha generado un desarrollo rural superior al de los productores de otros bienes agropecuarios, con una visión integral que se constituye en esperanza para los propietarios de esta institucionalidad: Los caficultores Colombianos.

Las instituciones son además cruciales para llegar a consensos y tomar decisiones. Todos, desde luego, tenemos opiniones y sugerencias. Algunos las expresan con más vehemencia mientras que otros tienen la virtud de saber escuchar. Eso sucede en nuestras familias y en nuestras veredas, y aun en esos espacios locales no siempre es fácil llegar a consensos.

Imaginémonos un  escenario donde solo priman los intereses de quien hable más duro, de quien intimide, o los de unas pocas familias o municipios. ¿Cómo, si no es con instituciones, se pueden poner de acuerdo las 550 mil familias cafeteras de Colombia?

Incluso las críticas, valiosas todas ellas, son mucho más útiles cuando se presentan con respeto por el pasado y con ánimo constructivo. De poco o nada nos sirve un crítico arrogante, o alguien que sencillamente solo le interesa criticar pero tampoco está dispuesto a oír razones y a acceder a nueva información.

Por eso son tan importantes los Comités de Municipales y Departamentales  de  Cafeteros, porque están conformados por productores elegidos por los mismos caficultores por la mejor de las vías, la vías democrática. Y en las elecciones cafeteras hay ganadores y hay perdedores, como en toda elección, pero quien queda elegido ejerce una representación que es  legítima e incuestionable. Son ellos quienes representan a los cafeteros, y son ellos quienes, a través de las instituciones, no solo oyen a los productores de sus veredas, sino a los del resto del país. Son ellos quienes, en el marco del Congreso Nacional de Cafeteros, llegan a los consensos necesarios y  pasan de la opinión a la decisión, a los programas, a las iniciativas responsables.

Así, Un cafetero siente que hay institucionalidad cuando ve que se trabaja en función de sus intereses, cuando elige y puede ser elegido en sus organismos de representación, cuando los programas tienen el objetivo del desarrollo humano y de rentabilidad en su cultivo, cuando hay seguridad en lo que hace porque hay seriedad en lo que se investiga, cuando él adopta y de él se aprende, cuando los componentes de la cadena como el de la comercialización están cubiertos para su servicio, cuando sabe que hay transparencia en el manejo de recursos, cuando hay acompañamiento continuo, cuando tiene un lugar físico o virtual donde llegar, donde quejarse y donde proponer, cuando tiene una información oportuna de su actividad, cuando es escuchado, cuando sabe que la sostenibilidad social, ambiental y económica es una directriz de su trabajo y cuando pese a lo que pasa, ve futuro en el café.

Por eso, la Federación de Cafeteros es la autorizada y  auténtica  Institución que representa a los caficultores colombianos. Es la entidad que construye, que busca soluciones, la entidad que el gobierno y otros actores respetan. Es la entidad que hace fuertes a los caficultores sin necesidad de insultar y vociferar. Porque es responsable, porque representan consensos, porque es legítima.

Claro que para que la Institucionalidad  sea sostenible,  los líderes cafeteros  deben  también cumplir con   su tarea. Don Serafín Malagón, cafetero de Santander, alguna vez me dijo: “Un líder cafetero se compromete, un líder cafetero da ejemplo, un líder cafetero critica constructivamente, un líder cafetero sueña…sueña siempre con el café”.

No desconozco la situación de alta preocupación de los cafeteros colombianos por los problemas que continuamente los aquejan. Pero permítanme decirles  que los cafeteros colombianos, con capacidad de unir y construir,  han salido adelante gracias a que tienen y tendrán siempre, una sólida Institucionalidad cafetera.

Carlos Aramando Uribe, Profesor Yarumo 
1996 – 2013