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Las áreas a renovar en Colombia en los próximos años

¿Cuántas hectáreas de café debe renovar Colombia cada año?  ¿Es un cifra con definiciones tecnológicas iguales para todo un país?. Las respuestas deben hacer parte de un ejercicio serio de planificación y que por supuesto contribuyan cada vez más a mejorar el bienestar  de las familias cafeteras y del desarrollo sostenible de la Colombia cafetera.

Las respuestas a las preguntas citadas deben tener en cuenta criterios como el de buscar la competitividad asociada con las variables clave de productividad, rentabilidad y calidad en el entorno de cada región específica. Deben tener en cuenta las condiciones de un mercado que permita una comercialización segura con un valor agregado para los cafeteros y además considerar la necesidad de adaptación a una variabilidad climática que preocupa a todo el mundo y para lo cual la Institucionalidad posee claras y eficientes herramientas.

Hoy Colombia posee 974.000 hectáreas de café con una caficultura tecnificada joven de cerca de 780.000 hectáreas, es decir de menos de 9 años al sol y menos de 12 a la sombra, de una edad envidiable y con una característica que nos diferencia: hay cerca de 600.000 hectáreas sembradas en variedades resistentes a la roya.

Así mismo, el país posee una caficultura tecnificada envejecida de cerca de 150.000 hectáreas, sobre las cuales se deben dirigir inicialmente las miradas para direccionar de manera prioritaria las áreas a renovar. En un programa de renovación deben de primar aquellas áreas tecnificadas envejecidas y centralizar acciones para que estas hectáreas se conviertan en jóvenes tecnificadas y con variedades resistentes.

Una cifra que muestra la política institucional de un ambicioso programa de renovación ya cumplido, es el área reducida de los cafés tradicionales, es decir aquellos cultivos con menos de 2.500 árboles por hectárea y sin ningún tipo de trazo. Conservar estos cultivos es fruto de decisiones propias de las comunidades que los mantienen.

En general estos cultivos están bajo sombra, conservan viejos sistemas de producción y están ligados a patrones culturales y de seguridad alimentaria absolutamente respetables. Afortunadamente para algunos de ellos se han desarrollado esquemas de comercialización cuyos clientes internacionales pagan un sobreprecio a cultivadores de café con las características señaladas.

La propuesta de un plan de renovación anual para los cultivos más modernos tuvo en cuenta las proyecciones de producción realizadas por Cenicafé en el año 2013, las áreas de variedad Castillo y sus ventajas de productividades altas y por supuesto la densidad de árboles por hectárea.

Si Colombia cuenta con una oferta ambiental normal para la producción de café y si el manejo de los cafetales por parte de los productores Colombianos corresponde a los resultados de las  investigaciones desarrolladas por Cenicafé, las áreas a renovar en Colombia para los próximos cinco años fluctúan entre las 65.000 y las 75.000 hectáreas anuales.

Ahora bien, esta cifra nacional tiene muchas variaciones en las regiones. Cada departamento cafetero conoce con base en las edades de sus cafetales hacia donde debe dirigir la mirada para cumplir con la respectiva meta de renovación. Es decir, se trata de ajustar esas áreas de renovación con énfasis en las variedades resistentes, en el incremento de la densidad, en el análisis de si se requiere o no el sombrío y en una adecuada nutrición de cafetales.

En la base de datos del Sistema de Información Cafetera (SICA) de la FNC, reposa la información de cada uno de los lotes de la fincas cafeteras del país, allí se relaciona la edad de los cafetales, la  variedad, la densidad, si son lotes a libre exposición ó con sombrío; adicionalmente hoy con la ayuda de la  red climática cafetera que opera CENICAFE se incorpora información del clima como la temperatura, el brillo solar, la precipitación y se calcula nueva información como los balances de agua en el suelo, lo cual nos ayuda a comprender la época de las floraciones y a programar las fertilizaciones entre otras labores del cultivo.

Con lo anterior se puede determinar las zonas de mejor aptitud para el cultivo del café en los diferentes departamentos en donde se renovarán los cafetales. Esa aptitud puede ser excelente o regular para la producción de café y esa calificación nos determinará el manejo apropiado de ese cafetal.

Como se puede observar, de lo que se trata es de planificar la caficultura colombiana para los próximos años y de tener la base estratégica para la educación y el ajuste de los modelos productivos a nivel de cada distrito. Las herramientas diseñadas para este modelo proceden de una investigación seria, la cual tiene el único propósito del bienestar del caficultor y de tener una caficultura en verdadera relación armónica con el medio ambiente.

Carlos Aramando Uribe, Profesor Yarumo
1996 – 2013